¿Quien quiere casarse con mi hijo en Gandía Shore?

17 Oct ¿Quien quiere casarse con mi hijo en Gandía Shore?

En la actual parrilla televisiva están coincidiendo dos de los realities más llamativos de los últimos tiempos. Uno fue la sorpresa de la temporada pasada dentro de este género y el otro es una franquicia consolidada y de éxito. Ambos comparten la filosofía de mostrar el lado más frívolo y superficial de las relaciones sentimentales de los jóvenes, pero también tienen una serie de diferencias de planteamiento que los hacen muy peculiares dentro de su estilo.

Hoy presentamos la reality-batalla definitiva: “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” Vs “Gandía Shore”…  veamos quien gana a quien analizándolos desde diferentes puntos de vista:

 

1. Formato

Ambos programas son adaptaciones de formatos extranjeros. “Who wants to marry my son?” es original de la productora Eyeworks, propietaria de la compañía española Cuatro Cabezas, que es la encargada de realizar la versión nacional. Por su parte “Jersey Shore” es una idea original del canal MTV que tras el enorme éxito ha decidido producir versiones locales en cada país, como la británica “Geordi shore” o nuestro “Gandía shore”.

En el caso de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” se mueve en los estándares del típico Dating Game y su principal novedad está en incluir a la madre del pretendido como parte activa en el juego. Por lo demás, el resto de elementos del programa se han visto en anteriores ocasiones.

Si hablamos de “Gandia Shore” nos tenemos que fijar más en el modelo Big Brother de convivencia entre desconocidos. El grueso del programa no presenta planteamientos novedosos salvo el hecho de que todos los participantes sean residentes de una misma zona (hecho que comentamos en el punto 3). Esto, que si supone una auténtica novedad en el panorama televisivo hace que nos decantemos a su favor como formato más novedoso.

Minipunto para “Gandía Shore”

 

2. Tono

En el caso de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?” estamos ante un claro ejemplo de cómo un programa decide reírse de los concursantes a las claras. El tratamiento de los sucesos y las situaciones a los que les exponen son de coña. A la hora de editar los vídeos no se duda en usar refuerzos de audio cómicos y hacer hincapié en los detalles más vergonzosos. Al tratarse de una segunda edición, los participantes de este año ya sabían perfectamente cómo se les iba a retratar y se prestan al juego encantados de la vida. Después de la que se montó en twitter en la edición anterior del programa, nadie que lo conozca es ajeno al cachondeo que mantiene la audiencia ante las visicitudes de los protagonistas del programa.

Dentro del bizarrismo que supone todo esto, hay que reconocerles un refrescante halo de sinceridad entre tanta mentira catódica.

Por lo poco que hemos podido ver de “Gandía Shore”, también pretende ensañarse con sus concursantes y sacar el máximo partido de sus vergüenzas (en forma de borracheras y peleas). El problema aquí es que no parece que los chavales tengan tan claras las normas del juego; ellos se creen la caña de España y los defectos que a todos los espectadores nos hacen partirnos de risa, para ellos son sus mejores y más llamativas virtudes. Nos encontramos ante el caso del “tonto motivadoque expone siempre Emilio Duró en sus conferencias, y éste es un espécimen muy peligroso. En este caso, con el agravante de tener la referencia de los chicos americanos, que se han convertido en auténticas superestrellas en su país.

Visto lo visto, me quedo con la capacidad de saber reírse de uno mismo que destila el programa de Cuatro. Minipunto para “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”

 

3. Casting

En este apartado se juega en distintas condiciones. “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” parte con la ventaja de tener un elenco mucho mayor: 5 chicos, sus 5 madres y 5 candidatos cada uno suponen 35 posibles personajazos que encandilen a la audiencia, mientras que “Gandía Shore” compite con sólo 8.

Sabiendo esto, podemos analizar que el primer programa prepara un casting a la manera tradicional y trata de configurar un elenco compensado geográficamente (2 andaluces, un gallego, un valenciano y un manchego; cada uno con pretendientas de lugares varios), socio-económicamente (un rico, uno de clase media-alta, un par de clase media y otro de clase humilde) o según tendencias sexuales y mentalidad (en las dos ediciones de incluyó un chico homosexual y suele haber madres solteras, gente virgen, profesionales del porno o católicos practicantes).

Sin embargo el reality de la MTV apuesta por algo nunca visto: que todos o casi todos sus participantes sean de una misma región (6 valencianos, un madrileño y una catalana). Este hecho supone, para mi, el gran acierto del programa ya que se crea una especie de subcultura muy particular y que funciona en todas las direcciones. A los de esa zona les hace gracia ver a los chungos de su tierra y a los de otras regiones les fascina comparar el chungo ajeno con el chungo local. Esta peligrosa decisión puede llevar a estigmas (“Todos los valencianos son iguales…”) y a agravios comparativos, pero es indudable que funciona como perfecto ejemplo de glocalización

Peculiaridades aparte, ambos realities basan su tremendo éxito en el acierto a la hora de elegir a personajes que no dejan indiferente a nadie, a sujetos que dan juego infinito y que consiguen que el público se enganche al programa para ver quien suelta la siguiente burrada y si será más gorda que la anterior.

En mi caso, por riesgo y novedad de planteamientos, concedo este minipunto para “Gandía Shore”

 

4. Igualdad de géneros

Estamos ante el apartado, quizá, más claro de todos ya que el tratamiento en uno y otro programa difiere radicalmente.

“¿Quién quiere casarse con mi hijo?” otorga el poder absoluto a los hombres. Esto es una obviedad provocada por dos factores: 1) la naturaleza de los programas de citas, en los que el pretendido tiene todo el poder y los pretendientes ninguno y 2) el hecho de que para aprovechar bien el vínculo madre-hijo en este formato todos los pretendidos son chicos. Más allá de que se incluya a un homosexual o no, el planteamiento es muy machista porque se buscan perfiles de hombres machistas, tipos promiscuos y con ganas de picar un poco de cada plato antes de elegir. Yo no digo que no sea licito para el concursante (De hecho me lo parece) pero les coloca en un nivel de superioridad antes las chicas que es muy difícil de manejar… y la mayoría lo maneja mal.

“Gandia Shore” parte de una base mucho más ecuánime: hay 4 chicos y 4 chicas, cada uno puede hacer lo que le de la gana y la forma en que traten a los demás es cosa suya, no hay objetivos sentimentales per se, pero hay convivencia y los peligros que ésta conlleva. Posiblemente en el desarrollo del programa veremos comportamientos tan o más machistas que los del otro reality, pero la diferencia es que estos nacen de la naturaleza del participante, no de la dirección del programa (A no ser que éstos hayan buscado perfiles especialmente machistas o feministas para provocar conflicto, cosa que a tenor de lo visto en el primer episodio no parece probable).

A mi entender aquí está clarísimo que el minipunto vuelve a irse para “Gandía Shore”

 

5. Audiencia

Categoría igualada ésta, y difícil de medir debido a que “Gandía Shore” tan sólo cuenta con una primera emisión. Hasta el momento se puede decir que ambos programas son éxito relativo en cuanto a números generales, éxitos rotundos en lo que a las expectativas de su cadena se refiere (multiplicando por 2 y por 3 la media del canal en esa franja) y en ciertos sectores de público (target joven y joven adulto eminentemente urbano), a lo que se suma su enorme repercusión en redes sociales (Principalmente Twitter).

Aunque los datos de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” son más abultados, “Gandía Shore” destaca más dentro de su cadena y ha sido el estreno más visto de su historia. Hasta el momento, y a la espera de ver cómo se desarrolla el reality de MTV… lo dejamos en empate.

 

6. Polémica

“¿Quién quiere casarse con mi hijo?” va cargado de morbo y de situaciones polémicas. Es del tipo de programas que permiten a los participantes guardar secretos para que más adelante estalle la bomba (La madre soltera que no lo confesó, el stripper que en realidad es actor porno, un transexual que oculta su condición, etc.). Además, se valen del carácter de los concursantes para juntarlos con aquellos con los que más roce negativo pueden tener (En el último capítulo, por ejemplo, se provocó que un pretendido se liase con la pretendienta de otro). Las prioridades de las madres suelen chocar con las de sus hijos y esa es una fuente inagotable de conflictos; por su lado las pretendientas no dudan en hablar mal unas de otras, ponerse zancadillas y desprestigiarse unas a otras tanto como puedan… la cosa va bien servida, vaya.

Por su lado “Gandía Shore” ha escogido un camino más directo y conflictivo: se limitan a dar ingentes cantidades de alcohol a un grupo de veinteañeros con ganas de sexo y juerga. Ello ha provocado, sólo en su estreno, que veamos peleas de borrachas a la puerta de una discoteca, a un participante orinar en la calle, ver cómo echan de una fiesta a la gente a grito pelado, llegar tarde al trabajo por la resaca, a una que se lía con el primero que pasa por despecho, etc. Si ha ello le añadimos las clásicas raciones de morbo por sexo, por el típico “a dos les gusta el mismo tío” o “no quiero nada contigo ¿Vale?” el combinado resultante es toda una bomba.

Pero sin duda el punto que marca la diferencia entre los dos programas son las polémicas extra televisivas, las que van más allá del programa en si. “Gandía Shore” ha provocado que el ayuntamiento de esta localidad intente que se elimine el nombre del título del programa. Hace sólo unos días, la TAC pedía un boicot publicitario al programa por los valores negativos que difunde, la policía ha multado a un concursante por conducta indecorosa… y es sólo el principio ¿Quién sabe hasta donde pueden llegar en este formato?

Teniendo en cuenta esto último, está claro que el minipunto es para “Gandía Shore”.

 

7. Influencia

Éste es un apartado difícil de medir. Nos basaremos en parámetros de influencia social, de cómo cala el programa entre la sociedad en general. “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” ha logrado generar una corriente en torno suya muy importante, tiene una comunidad de seguidores muy fiel y activa que se manifiesta principalmente vía Twitter. Todo comenzó con la creación del concepto “tróspido” para definir al programa y sus participantes por parte del tuitero El Hematocrítico. A raíz de esto, cada semana hay trendings topics durante la emisión del programa que llevan esta palabra, la propia cadena utilizó la palabra en las promos del programa y, de hecho, comienza a orise en la calle a gente que usa el término tróspido para referirse a otras cosas ya ajenas al reality.

Hasta el momento “Gandía Shore” no ha conseguido nada parecido. Si bien es cierto que las posibilidades son infinitas después de ver cómo los protagonistas del formato original son ahora estrellas en EEUU  (tienen línea de ropa propia o programas individuales en la TV, han llevado al extremo el personal branding y la gente en la calle copia sus peinados, forma de vestir y usan muchas expresiones propias de ellos). Lo cierto es que todo esto queda aun a años luz de lo que puede ofrecer la versión española.

Por tanto, un claro minipunto para “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”.

Y creo que ya está bien de enrolarse. Llegó la hora de hacer recuento y comprobar que “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” ha sacado 2 minipuntos y medio, mientras que “Gandía Shore” obtiene 4 minipuntos y medio. Cosas de la vida, escribo una entrada valorando dos programas y vence claramente el que menos me gusta a mi… En fin, felicitaciones a MTV y a los productores del programa. Yo me quedo con el bonito detalle de que “Gandía Shore” es el primer reality de la historia de España en el que no sale ningún andaluz haciendo el ridículo… ¡Gracias!

 

Hasta que nos leamos.

Javi Jáuregui
javijauregui@gmail.com
No Comments
  • carmnjg
    Posted at 09:27h, 19 octubre

    Muy bueno el artículo!yo también había pensado en las similitudes de ambos programas, comparten estereotipos claros entre sus protagonistas…me ha gustado el inciso en el humor, parece claro que en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? la mayoría se ríen de ellos mismo y el tremendo papelón, mientras que en Gandia Shore creen fervientemente que son lo más!y no ven nada raro en sus comportamientos….o.O….me ha encantado el final xD

  • Pablo
    Posted at 17:44h, 22 noviembre

    Muy bueno el artículo!!
    Si se te ha escapado algo sobre QQCCMH aquí:

    http://notengounduro.org/category/television/programas/qqccmh/

    un saludo!

  • Tamara
    Posted at 15:34h, 08 enero

    me encanta gandia shore y ver sus capitulos online