El síndrome de la cigarra

22 Oct El síndrome de la cigarra

Hoy me he levantado con una noticia que, con toda seguridad, se produjo ayer o quizá anteayer. El caso es que me ha espantado lo suficiente como para ponerme a escribir esta entrada; os la cuento: Por primera vez en su historia, Atresmedia va a cobrar a los espectadores por ver un contenido propio en su web. Podéis leer los detalles del asunto aquí. El producto en cuestión es el primer capítulo de «El tiempo entre costuras», emitido anoche con gran éxito de audiencia.

Normalmente, todas las televisiones ponen a disposición del público sus series y programas en sus páginas corporativas, una vez han sido emitidas de forma tradicional. Esto les genera tráfico de visitas a la web, nuevos ingresos publicitarios y el innegable valor añadido de ofrecer a los seguidores la posibilidad de ver el contenido cuando y donde quieran. Decisiones del Siglo XXI para la televisión del Siglo XXI. Hasta aquí muy bien… pero lo que las cadenas quieren es que se vea la emisión de toda la vida, porque ahí es donde está la pasta. Para ellos el video on line no supone más que las migajas que caen en el mantel ¿Y que pasa con las migajas? que cuando uno acaba con hambre se las come, pero cuando está saciado las recoge con la manita y las tira.

El único salón en el que te cobrán por ver la tele...

El único salón en el que te cobran por ver la tele…

 

Esto mismo es lo que está haciendo Atresmedia; porque aunque parezca que la medida de instaurar este pay per view en redifusión (si lo piensas, el concepto es tan obsceno que tira por tierra cualquier beneficio que pueda tener el tradicional pago por visión) va destinada a generar más ingresos con el consumo web, en realidad se trata de todo lo contrario. El grupo mediático renuncia a los ingresos por publicidad en el video on line (quiero pensar que renuncia a ellos… meter publicidad en un capítulo por el que has pagado sería tan de sinvergüenzas  que habría hasta que aplaudirlo), que en este caso representarían a las citadas migajas,  a cambio no de dinero por el pago de cuota de visionado (que creo yo que no tendrá mucho éxito) sino del enorme dinero que puede suponer el incremento de la cuota de espectadores en las emisión tradicional.

Para entender esto bien, hay que explicar uno de los cambios importantes que las nuevas tecnologías han traído a las batallas por la audiencia de toda la vida: la contraprogramación ha quedado desvirtuada con la multipantalla, la second screen y la TV social. Es decir, si a un espectador le ponen la misma noche «Isabel», «La voz» y «El tiempo entre costuras» ya no tiene que devanarse los sesos decidiendo cual de las tres ver; verá las tres, pero en distintos momentos y dispositivos… lo que antes era un dilema del tipo: «tengo que decidir qué producto me gusta más y renunciar a los otros» ahora se convierte en: «tengo que decidir que producto me aporta más en su emisión en directo y ver los otros bajo demanda en las webs«.

Entra en juego, por tanto, un factor subjetivo importante. Cada espectador primará unos criterios sobre otros… habrá quien elija «Isabel» porque al no tener publicidad, es una emisión que acaba antes y le permite dormir más horas; estará el que se decante por «La Voz» porque los realities y talents tienen mucho más recorrido en redes sociales y ello le aporta una experiencia más rica como usuario… y finalmente aparecerá el que elija «El tiempo entre costuras» porque los otros productos los puede ver gratis al día siguiente en la red y éste no.

- Buenos días espectador. Esto es un atraco -

– Buenos días espectador. Esto es un atraco –

 

Aquí es donde se produce la ruptura del pacto espectador-canal de TV. A mi entender, la cadena cambia las reglas del juego sin previo aviso y pasa de competir aportando valor al público a hacerlo restando parte de ese valor. Lo que supone esta decisión no es otra cosa que un chantaje en toda regla para el público. Una amenaza seria y sostenida para conseguir que el estreno de su serie sea un éxito. Ya no estamos en un discurso de: «te doy más para que me elijas«; esto es un: «elígeme o atente a las consecuencias» de los directivos de Atresmedia a los millones de espectadores que diariamente compran su producto. Tan desesperados están por arañar unos puntos de share al programa estrella del grupo rival y decantar a su favor la ajustadísima lucha por el liderazgo mensual de la audiencias, que se han olvidado de lo más importante de todo: una empresa tiene que aportar beneficios a sus consumidores, de lo contrario éstos se irán volando a la competencia.

Yo no vi el piloto de «El tiempo entre costuras» y sería de necios decir que su éxito se debe a este chantaje vil… estoy casi seguro de que se trata de una excelente serie. El caso es que ayer arrasó, que es lo que querían, pero para mi gusto han emprendido un camino muy peligroso que puede generar un «efecto rechazo» inmenso entre la población. Una población que está pasando por penurias económicas a diario y que encuentra en el consumo televisivo uno de los pocos refugios de ocio gratuito… no olvidemos eso. Una población a la que se le priva de la libertad de elección sobre qué ver atacándole donde más duele. Una población a la que se le acorrala impunemente y se le provoca hasta conseguir que se lancen a la piratería ilegal de contenidos culturales.

Eso si, luego estos directivos vendrán llorando y tirándose de los pelos porque la industria está muerta por culpa de la piratería y clamarán contra esas páginas webs que ofrecen contenidos ajenos gratuitamente. Pues bien, señores directivos, tan mal está dar gratis algo que no es tuyo y has robado como cobrar dos veces por algo que si lo es… así que entérense de algo: si algún día de estos sus consumidores se levantan del sofá y les mandan a la mierda, lo tendrán bien merecido.

Por cierto, todo este asunto originado con una serie que lleva 2 años en la nevera esperando su momento. Productora, equipo artístico y técnico sin saber qué será de ellos, dinero invertido sin cobrar, inseguridad profesional… y el espectador a pagar 0´72€ por una redifusión. Eso si, esta mañana estarán los teléfonos de los despachos echando humo para ir quedando y hablar de una segunda temporada… esta es la industria que tenemos.

 

Hasta que nos leamos.

Javi Jáuregui
javijauregui@gmail.com
No Comments
  • Nico
    Posted at 07:36h, 23 octubre

    Estupenda entrada. Siguen sin saber qué rumbo tomar, siguen experimentando a costa de los espectadores y, aún aceptando que son empresas y están ahí para hacer dinero, siguen aprovechándose de artimañas para sacar más y más dinero. Personalmente estoy notando últimamente como la publicidad en las emisiones online se hace cada vez más continua y molesta, es insoportable. Será esta otra estrategia para que volvamos a enamorarnos de la publicidad tradicional? No sé, creo que se siguen equivocando en tantas cosas…

  • rick
    Posted at 10:43h, 23 octubre

    y mientras tanto el cine pensándose el bajar los precios….

    • javijaureguitv
      Posted at 10:46h, 23 octubre

      El cine tiene muy poco margen de bajada, por los costes de sala, distribución, impuestos, etc. pero también debería dejar de ser un negocio inmovilista y procurar aportar algo extra que convierta en una experiencia única ir a ver una película… hay mucho margen de mejoría en ese terreno

  • Oscar
    Posted at 12:06h, 23 octubre

    Hola. A mí no me apasiona ver la televisión y menos El tiempo entre costuras, pero supongo que Atresmedia habrá estudiado su decisión. También decir que si quiero leer en internet una noticia interesante que aparece en un diario y que lo más seguro que también pueda «leerla» en la tele, tengo que pagar una suscripción al periódico o una parte de ella para acceder únicamente a esa noticia. Una noticia por la que ya han sacado beneficios con las ventas del diario en papel y la publicidad que ellos llevan, o con la publicidad que también tienen en la web. Ahí nadie se queja.

    Por lo de que se supone que por pagar por verlo en la web, no habrá publicidad, no lo sé, pero los abonados a Digital+, que pagan por ver los diferentes canales, saben que tendrán que soportar algo de publicidad (cierto, no como en Telecinco o en Antena 3). Quizás esa publicidad, si la hay, hace que en lugar de que te cobren… 4 euros, te cobren 72 céntimos.

    Supongo que A3 tiene que rentabilizar lo más que pueda su producto, que también supongo que no le habrá salido barato (El tiempo entre costuras, que otra cosa sería cobrar por ver el programa de Susanna Griso -no me sale cómo se llama-).

    Y nada, que el espectador es quien tiene la decisión de verlo en directo, pagar por verlo en la web, esperar a que lo vuelvan a repetir en Nova u otro canal, pedírselo al vecino (que lo graba todo) o dejar de verlo.

    Por último, decir que TV3, que creo que fue la primera que empezó a ofrecer su programación en internet (ya hace bastantes años), cobraba una suscripción para que los pudieras ver. Dejó de hacerlo porque el resto de televisiones empezó a poner sus programas en internet y, quizás, porque vieron que ganaban más si los ponían gratis (que también es algo diferente, al tratarse de una televisión pública, no sé…).

    • javijaureguitv
      Posted at 15:15h, 23 octubre

      Muchas gracias por el comentario Oscar. Aportas muchos argumentos a favor de la decisión y todos ellos son razonables.
      A mi lo que me escama es que se cobre por una reposición (que no estreno) y que se comience a hacer de pago un servicio que hasta el día de antes era gratuito.
      Atremediia decidió hace tiempo poner las series gratis en la web y es muy libre de cambiar de modelo; pero que no me lo justifique en la amortización de producto, porque si el gratis funcionaba para «Gran Hotel» u otras series de gran formato, también vale para «el tiempo entre costuras».
      Si hicieran esto mismo dando entrevistas, minutaje extra, making of o algo de valor añadido, me callo… pero así, me sigue pareciendo una forma de obligar a la gente a ver el directo, que insisto es donde está el dinero, en lugar de a sus rivales.
      Un saludo y gracias por participar!