09 Oct Estructuras Narrativas: Adaptation (El ladrón de orquídeas)
Segunda entrega de los análisis de estructuras narrativas. Hoy nos enredamos en un caso especialmente peliagudo, espero que os guste. Os pongo en antecedentes:
“Adaptation” es una película del año 2002 dirigida por Spike Jonze, protagonizada por Nicolas Cage y escrita por Charlie Kaufman. Kaufman es uno de los guionistas más reconocidos de las últimas décadas y, a pesar de su escasa filmografía, se le considera todo un revolucionario de la narración audiovisual por la originalidad de sus planteamientos y lo profundo de sus historias.
En el caso de “Adaptation”, el guionista se enfrenta a una ardua tarea por primera vez en su carrera: adaptar un texto de otro autor. “El ladrón de orquídeas” nace como artículo de la escritora Susan Orlean para la revista “The New Yorker”, y debido a su éxito se convierte después en un libro. Orlean nos cuenta en el la historia real de John Laroche, un extravagante sujeto que se dedica a robar orquídeas protegidas del parque natural de los Everglades de Florida bajo el amparo de los indios seminolas (que son los únicos autorizados a coger esa planta para practicar antiguos rituales sagrados).
Con estos mimbres Kaufman recibe el encargo de escribir una película basada en el libro y, tras estudiarlo detenidamente, encuentra que es prácticamente imposible hacerlo, ya que la obra original carece de las estructuras, personajes y acciones necesarias para armar una película: es un precioso relato expositivo sobre el mundo de las orquídeas y de la fascinación que la autora llega a sentir por él al conocerlo de primera mano. Es un gran libro, pero no hay conflicto y eso es lo que necesita Kaufman para su guión. Lo único que saca en claro el bueno de Charlie es el tema o premisa de la historia: La necesidad de sentir pasión por algo.
Aprovecho para explicar que Kaufman es un tipo lleno de inseguridades y dudas, responde bastante bien al cliché de judío de nueva York que es un artista brillante y un neurótico ser humano a la vez (Muy en la línea de Woody Allen y todos sus personajes, pero más trágico que cómico).
Comencemos a hablar de la película y de su guión: ¿Cómo se enfrenta Charlie Kaufman a la tarea casi imposible que tiene por delante? En un arrebato de genialidad, el autor se agarra de forma magistral a lo que si tiene (El hecho de que no tiene nada con lo que trabajar) y sobre ello comienza a construir… La película comienza con el propio Charlie Kaufman (Genialmente interpretado por Nick Cage) en el final de rodaje de su anterior película, “Cómo ser John Malkovich”. Allí se presenta al personaje tal cual es: tímido, lleno de miedos y dudas sobre su propio talento. Charlie recibe el encargo de adaptar al cine el libro “El ladrón de orquídeas” y a partir de este detonante de la historia, Kaufman nos narra su propio proceso de escritura, sus bloqueos y su incapacidad de dar con la forma de llevar a cabo el trabajo. Se convierte en el protagonista de la historia y puebla ésta con los alter ego de todos los personajes reales implicados en ella. Dibujando una caricatura exagerada de si mismo, Kaufman hace un ejercicio público de autocrítica como pocos en la historia del arte, con la esperanza de que sirva para exorcizar a sus demonios interiores.
De ahí el título de la película, que hace referencia al proceso de adaptación del guión respecto al libro, pero también a la adaptación que Kaufman necesita hacer para integrarse en el mundo real, del que por momentos parece ausente.
Con este planteamiento, Kaufman consigue cubrir medio guión. En esta primera parte asistimos al infierno creativo por el que pasa Charlie hasta dar con la tecla de cómo escribir su historia, le vemos intentar conocer a Susan Orlean (Una Meryl Streep de lo más convincente) y echarse atrás a última hora por miedo a no estar a la altura de la autora del libro, le vemos dejar escapar a la chica a la que ama y que le ama a él por no abrir su corazón a tiempo, le vemos masturbarse compulsivamente y auto culparse por su patetismo, su inseguridad y su falta de talento artístico… todo ello trufado con la parte del libro original que si sirve para hacer una película: La historia real de cómo Susan conoce a John Laroche y éste la lleva a los Everglades a ver una Orquídea Fantasma, la más rara y bella flor de esta especie.
Hasta aquí el guionista ha logrado construir una historia novedosa, interesante y audaz pero se encuentra con un grave problema que no le permite avanzar: no se está cumpliendo con el tema establecido. Ni Charlie ni Susan, como protagonistas, tienen la necesidad de sentir pasión; sólo Laroche lo hace. Ellos se enfrentan a la acción dramática desde un punto de vista profesional, tienen que hacer sus respectivos trabajos (el libro y el guión) y hay interés por ello, pero no pasión alguna.
¿Dónde obtiene Kaufman la solución a este problema?: En la ficción.
Hasta el momento se ha limitado a construir su historia contándonos lo que pasa por su cabeza y lo que le pasó a Susan a la hora de documentarse para su libro, pero ello no es suficiente. Ha llegado la hora de romper todas las ataduras y zambullirse plenamente en el terreno de la ficción: sólo inventando hechos que nunca sucedieron conseguirá ser fiel al espíritu del libro que pretende adaptar.
Y entonces nace Donald. Donald es un personaje inventado, el ficticio hermano gemelo de Charlie Kaufman. El guionista lo introduce en la película como solución a sus problemas, ya que Donald es la antítesis de Charlie: es bobo, superficial, despreocupado, con confianza y optimista. Al principio de la película, Donald se muda a casa de Charlie para convertirse en guionista como él y se pasa toda esta primera parte de la cinta escribiendo el guión de un thriller sobre asesinos en serie lleno de despropósitos, incoherencias y lugares comunes más que manidos… guión que acaba vendiendo por medio millón de dólares. Donald, como personaje, aporta las notas de humor y ayuda a marcar los defectos de Charlie.
Kaufman, el guionista real de la película, ha encontrado su solución y ésta consiste en que Donald participe activamente en la construcción de la historia de Charlie. A mitad de la película se refleja la situación real de bloqueo de Charlie: no sabe cómo continuar el guión y ha perdido la oportunidad de entrevistarse con Susan para que le aconseje. En ese momento Donald se ofrece a ayudarle; se hará pasar por Charlie e irá a hablar con Susan a Nueva York.
A partir de este hecho, la película toma una nueva dirección totalmente distinta a la que llevaba. La película de Charlie Kaufman se convierte en la película de Donald Kaufman: atrás quedan los miedos e inseguridades, atrás quedan las voces en off que reflejan los debates internos del protagonista… ahora es tiempo de acción. Como en el paupérrimo guión sobre asesinos en serie que escribe Donald, la película adquiere un nuevo tono y un ritmo mucho más vertiginoso; se convierte en un thriller en el que los dos hermanos descubren un terrible secreto y su vida se pone en peligro por ello.
Kaufman comienza a inventarse hechos que nunca sucedieron sobre Susan, Laroche y él mismo; pero estas invenciones nos muestran cómo la pasión entra en la vida de los personajes, como éstos cambian debido a dicha pasión… en definitiva, utiliza una manera nueva y distinta para conseguir contarnos lo mismo que en el libro.
En un alarde de virtuosismo, el guionista aprovecha esta parte de la historia para ajustar una serie de cuentas con su propia manera de entender el trabajo de escribir películas. Si en la primera parte Charlie está constantemente despreciando y riéndose de la manera “estándar” de hacer cine, de los guiones convencionales y de las fórmulas infalibles para crear un éxito de Hollywood (Personificado todo en Donald y el gurú de la enseñanza de guiones Robert McKee), en esta segunda mitad de la obra comienza a aplicar todas esas reglas, que su alter ego repudia, para salvar la película y llevarla a un nuevo y trepidante nivel. Todo, desde la música y la fotografía al montaje y las interpretaciones están enfocadas a reforzar esa diferencia y a demostrarle a Charlie que la forma de entender el cine de Donald es tan válida como la suya. La broma definitiva se produce en el clímax de la película, cuando un gigantesco Deus ex Machina en forma de animal dentudo aparece y salva a Charlie de su fatal destino (Incumpliendo todos los manuales de guión y la máxima favorita de McKee, pero funcionando perfectamente en la trama).
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En la conclusión de la historia, Charlie retoma el control de la narración y acepta todo lo aprendido hasta el momento, pero mantiene su propia voz como autor y decide cerrar la película con una voz en off, por muy mal visto que esté en todos lo manuales.
Medio guión de Charlie y medio de Donald conforman la película de Kaufman. Como curiosidad, en los títulos de crédito, la autoría del guión recae en los dos hermanos… de hecho, Donald Kaufman es el primer personaje de ficción que ha sido nominado a un Oscar de la academia como guionista.
Confío en que hayáis comprendido esta entrada, un poco confusa para todo el que no haya visto la película, y que os hayan entrado ganas de volver a ver “Adaptation (El ladrón de orquídeas)” o de descubrirla por primera vez.
Hasta que nos leamos.
Pilicantabria
Posted at 17:00h, 09 octubreNos gusta, ahora lo interpretamos mejor