24 Oct La perseverancia de una Reina
Decia Woody Allen en una de sus geniales frases lapidarias, en este caso la que cerraba la colosal “Misterioso Asesinato en Manhattan”: “Nunca más volveré a decir que la vida no imita al arte”.
En las últimas semanas estamos asistiendo a un curioso ejemplo de cómo el bueno de Woody siempre termina dando en el clavo: me refiero al tremendo paralelismo entre el recorrido dramático de la serie “Isabel” y sus andanzas en la más cruenta de las batallas catódicas, la de las audiencias.
La historia basada en la Historia (valga la redundancia) de Isabel la Católica nos cuenta en cada episodio los pactos, luchas, traiciones, alianzas, sobornos e intrigas que suceden en el reino de la Castilla del Siglo XV para ostentar el poder y alcanzar o mantenerse en el trono. Mientras, en estos dos meses parece como si los guionistas de la serie se hubieran aventurado a escribir el devenir de ésta en cuanto a la repercusión entre el público y sus resultados semanales.
La ficción producida por Diagonal TV se estrenó el pasado 11 de septiembre con notable éxito de audiencia. Desde ese primer día la serie se instaló en la comodidad del 20% de SHARE, un auténtico lujo en la televisión de estos días para cualquier tipo de formato; y no se bajó de ahí en sus tres primeras emisiones. La historia de la reina católica era ya la primera gran triunfadora del curso televisivo 2012-1013… hasta que estalló la guerra.
Los grupos de TV privada no estaban dispuestos a cederle a una cada vez más debilitada TVE el reinado de los lunes sin presentar batalla. De todos es sabido que empezar bien la semana, en términos de medición de audiencias, da mucha tranquilidad en los despachos de los altos directivos y por ello el prime time del lunes era una plaza muy codiciada. El grupo Mediaset atacó con una de las poquísimas ficciones nacionales que funcionan dentro de su parrilla: “La que se avecina”; Antena 3 prefirió optar por un espectáculo de entretenimiento familiar que había sido un bombazo sorpresa en el curso anterior: “Tu cara me suena”. Unos pretendían plantar batalla cara a cara y a campo abierto y otros saquear la desguarnecida ciudad mientras ambos ejércitos estaban fuera.
El resultado de ese primer choque dejó un claro vencedor: “La que se avecina” se disparó hasta el 27´1 de cuota de pantalla y casi 5´5 millones de espectadores. Por detrás y a buena distancia, “Tu cara me suena” lograba el 20´3 de media reuniendo a 3 millones cien mil espectadores (Lastrada esta cifra por su larga duración). La clara derrotada de la noche resultó ser “Isabel” que bajaba sus datos hasta el 16´1% de Share aunque retenía a 3´3 millones de seguidores. La reina había sido derrocada, ahora le tocaba a los directivos de la cadena tomar la difícil decisión: Abandonar el reino en búsqueda de otro menos conflictivo (Entiéndase cambiar el día de emisión) o lamerse las heridas y plantar cara al adversario para tratar de recuperar lo que era suyo, el trono de los lunes.
Finalmente la serie no se movió de su ubicación en parrilla y a la semana siguiente, cuando el humo de la batalla se había disipado las posiciones se mantenían iguales. Eso si, mientras sus enemigos perdían fuerza (bajando al 24% la serie de Telecinco y al 19% el show de Antena 3), “Isabel” lograba mejorar unas décimas su cuota. Casi inapreciable si, pero todo un síntoma.
El tercer embate confirmaba la remontada: La ficción de época medieval escalaba hasta el 18´3% de media, congregando a 3´8 millones de espectadores. Medio millón más que dos semanas antes y casi los mismos que en aquellas lejanas y tranquilas primeras semanas de emisión.
Ayer mismo se conocían los datos de la escaramuza del pasado lunes, en los que “Isabel” vuelve a subir hasta el 18´9% de Share y suma 150 mil nuevos fans, que hacen que su ejército de seguidores ya sea de 4 millones. La guerra está más viva que nunca, la gobernante derrocada y vencida ha sido capaz de ponerse en pie y regresar al fragor de la batalla con nuevos bríos ¿Quién sabe si antes de que termine la temporada no vuelve a ser ella quien ocupe el trono?
Este recorrido en paralelo, no sólo se queda en lo relativo a la audiencia, ya desde que fuese concebida a golpe de tecla, la serie ha estado envuelta en este halo de coincidencias. Si la trama nos presenta a una Isabel de Trastámara encerrada en un Castillo y sometida a la voluntad del consejo de nobles castellanos, quienes tienen que decidir sobre su matrimonio futuro como estrategia política, en la vida real la producción estuvo “encerrada” en la nevera de TVE casi un año por problemas de presupuesto, sometida a la voluntad del consejo de administración del ente y sus riñas políticas… Si la trama nos contaba la muerte del Infante Alfonso, representación del futuro de Castilla, la vida real nos sorprendía con la posible “muerte” de la serie, al no tener forma la productora de acometer una segunda temporada si no se les aclaraba el futuro de la primera…
En poco más de un año de vida, la serie “Isabel” ha estado recluida, ha sido liberada, ha reinado en tiempos de paz, ha visto estallar la guerra, ha sido derrocada, se ha levantado para volver a plantar batalla y está tratando de recuperar su trono… y todo ello gracias a la perseverancia de una reina que nunca se ha dado por vencida.
Como buen guionista, me obsesionan los principios y finales, lo circular de las historias. Por ello, si con una frase de Woody Allen empezábamos, con otra terminaremos. Decía en el film “Maridos y mujeres”, unos años antes de la anterior cita, y haciendo gala de todo su cinismo, que: “La vida no imita al arte, imita a la mala televisión”… esta vez me temo, querido Woody, que debo llevarte la contraria, En el caso de “Isabel” la vida imita, si, pero a la buena televisión.
Hasta que nos leamos.
Alba
Posted at 14:37h, 25 octubreA veces me pregunto por qué TVE insiste en seguir compitiendo con las otras cadenas privadas. No se supone que ahora que no se financia con publicidad, la audiencia que tenga no es tan importante como dar a la ciudadanía un servicio público? Ya sé que decir esto (y más ahora) suena a utopía, pero sinceramente, ahora mismo no entiendo por qué TVE batalla por la audiencia.
javijaureguitv
Posted at 15:54h, 25 octubreHola Alba, plateas un eterno y peliagudo dilema… a mi forma de ver y sabiendo lo que sé (poco o mucho) de esta industria, te diría que:
1) Por un lado defienden que la obligación de la TV pública es llegar al mayor número de ciudadanos. Una programación de altísima calidad pero residual en interés y repercusión no cumple los critérios de servicio público (el manido «interés general» de la guerra del fútbol de los 90). Tendemos a pensar que una TV de calidad estaría llena de programas culturales chulos, mucho rollo alternativo y experimental, etc. pero ¿por qué atender los deseos de gente de nuestro perfil y no los de nuestras abuelas? Los mismos impuestos pagan ellas (más, que se han pasado toda la vida cotizando)… en mi querida Andalucía, se ha dado la vuelta a la tortilla y tenemos una programación indecente que sólo perpetua esterotipos y sirve de opio para el votante… por eso encontrar el equilibrio es complicado.
2) Es innegable que a todo gobierno le interesa la audiencia de la TV pública por asociación a su gestión y los posibles beneficios que conllevan. El último grado es el hecho de tener unos informativos muy seguidos y poder así meter mano en la agenda de noticias buscando el banaficio de tu partido. Esto que pasó en su día y que hacía tiempo que no pasaba (por lo menos no mucho, porque algo siempre hay) amenaza con volver…
3) Uno de los nuevos modelos de negocio que está encontrando TVE es la fórmula del patrocinio cultural. Marcas que pagan programas porque el contenido de éstos entronca con su filosofía, valores y línea de negocio. Para que esta fórmula siga creciendo y consolidándose es necesario que los programas de TV lleguen a un buen número de espectadores.
Espero haberte sido de ayuda. Un saludo!!
Alba
Posted at 10:00h, 26 octubreHola!
Estoy de acuerdo contigo en los dos últimos puntos, y creo que efectivamente eso es lo que ocurre. En cuanto al primer punto, creo que en España cuesta bastante hacer entender a la gente qué es realmente «un buen servicio público» para el ciudadano. Normalmente se tiende a pensar que con esto solo nos referimos a los programas aburridos de la 2 de documentales y demás, pero no es necesariamente así. Si bien es cierto que la TV pública tiene que atender el máximo de público posible, se supone que al no estar sujeta a los avatares de la audiencia tiene un espacio para la innovación. Se supone que la pública debería ser un espacio para la experimentación, para permitir entrar a los jóvenes y probar nuevos formatos. Esto lo podimos ver muy brevemente en «La nube» de La2, pero por desgracia duró poco. Siempre se ha pensado que mirar hacia la BBC era aspirar demasiado, pero yo creo que hasta hace poco íbamos por el buen camino. Hace unos años tuve la oportunidad de hacer prácticas en TVE y vi cómo se estaba desaprovechando un gran potencial. Y todo porqué no nos dejan a nosotros, los jóvenes, que entremos con nuestro entusiasmo y nuestras ganas de crear cosas nuevas y demostremos que algo mejor (y no necesariamente más caro) es posible.
En fin, supongo que mientras tanto tendremos que conformarnos comentando lo que nos parece todo esto en los blogs. La verdad, no sé qué haríamos sin internet.
Un saludo!