23 Sep TENEMOS EL MORRO FINO
Visto anoche el estreno de «Mar de Plástico» la nueva serie de Atresmedia, una de las que personalmente más buen feeling me daban, se pueden sacar algunas conclusiones tempranas. La principal es que tenemos el morro muy fino. Hemos visto tantas series y tan buenas que casi siempre casi todo nos parece que no está a la altura. Y eso no es justo, hay que juzgar a cada ficción en su contexto y con sus circunstancias.
Dicho esto, vamos con el desmenuzado:
La factura técnica está a un nivel bastante alto; una vez más; como tantas series españolas últimamente. Empieza a ser costumbre que nuestra ficción luzca bien, muy bien. Y es increíble lo que hacemos con lo poco (tiempo y dinero) que tenemos, que no lo olvide nadie. En este caso, echo en falta más riesgo y presencia del montaje y la música, pero a buen seguro irán creciendo con el paso de los episodios.
El guión cumple sin fascinar. Una trama definida, un mundo concreto y novedoso, unos diálogos algo justillos en ocasiones. El piloto hace su función y expone el tapiz del juego en que debe desarrollarse el thriller. Algunas soluciones han sido más efectistas que efectivas, concesiones en busca de espectacularidad o ritmo (tan necesario con nuestras duraciones). Da la sensación, por momentos, de que ha habido mucha reescritura forzada por ejecutivos y/o cadena: explicaciones manidas, obviedades, oportunas apariciones by the face… todo lo que a un guionista le produce urticaria; si están ahí no es por su voluntad, Creedme, somos torpes pero no tanto. Aunque no sirva de excusa, la gente tendría que conocer un poco más las vicisitudes reales del guionista antes de lanzarse a criticar.
Actores normalitos. Con alguna excepción que apunta alto (a mi me sorprendió Patrick Criado) ninguno está especialmente acertado; pero tampoco me encontré que alguno me sacase por completo de la historia, cosa que ha sucedido en otras grandes series. El protagonista, Rodolfo Sancho, no tiene entre manos un caramelo como sus recientes Julián y Fernando el Católico y se nota; aun así lo defiende bien y seguramente irá a más.
Almería, los invernaderos y su realidad social está pero no es; lo cual no debe entenderse como algo necesariamente malo. Ya se encarga de aclararlo el rotulo inicial. En mi caso, por andaluz y conocedor de la zona, el factor sorpresa no hace efecto, pero pienso que para muchos será un mundo nuevo y curioso que nunca se ha visto en una ficción de TV. A partir de ahí se exagera en demasía, para mi gusto, la velocidad con la que prende la mecha del racismo. Otra concesión al espectáculo y la necesidad de dar rápido y fuerte que tiene esta industria. Cocinado un poco más lento nos zamparíamos estos acontecimientos, pero de golpe y porrazo algún momento (como el intento de hoguera made in KKK) se me atragantan.
Dicho esto, que es poco y precipitado, veo en “Mar de plástico” un rollo “Punta Escarlata” (que a mi me gustó) que está en el “Bien”. Con el paso de los capítulos veremos si va hacia el “Notable” o al “Aprobado”. Yo, antes del estreno, esperaba un poco más; una vez estrenada espero equivocarme y que me sorprenda para bien.
Pero no puedo concluir este análisis sin referirme a uno de los problemas más exasperantes de la actual ficción nacional: los Haters. Cometí la temeridad (cada día lo es más) de seguir la emisión por Twitter y resultó francamente cansino. Cientos y cientos de personas sin más interés que despotricar de cualquier imbecilidad en torno a la serie y que generan debates y corrientes de opinión bobaliconas, dañinas y completamente innecesarias. Es uno de los problemas de nuestra sociedad actual, que le hemos dado un megáfono a cada hijo de vecino y, por tanto, hay que escuchar muchas sandeces.
Un 80% de los tweets de anoche se centraban en el “problema” de los acentos, que al parecer eran muy poco almerienses y muy sevillanos. Me duele reconocer que aquí asoma el terrible complejo de inferioridad que tenemos los andaluces, empeñados en creer que desde Madrid hay una directriz general de humillarnos en cuanto surge la ocasión. Nadie se para a pensar que la serie se hace para toda España y que un cordobés resulta para el 75% de la población lo suficientemente verosímil como para hacer de almeriense (al igual que uno de Tarragona puede interpretar a uno de Gerona y alguien de Pontevedra podría hacer un personaje de Lugo y a ningún Catalán o Gallego se le ocurriría quejarse a pesar de la diferencia de acentos que existe entre éstos). Es más, a ninguno de estos iluminados se le ocurre que Almería, una provincia de apenas 700 mil habitantes, quizá no dé una cantidad tal de buenos actores como para confeccionar el elenco de la serie y que es preferible coger a maravillosos profesionales de fuera antes que a mediocres locales. Y por supuesto saldrán los listos que digan que en EEUU e Inglaterra los actores se preparan los acentos hasta clavarlos sin tener ni idea de que esos afortunados cuentas con 5 o 10 veces más tiempo y medios para preparar el papel que nuestros interpretes.
Y así con todo: que si los tópicos, que si se quita y se pone las gafas todo el rato… cháchara pueril de espectadores mediocres. Eso no vale. Estos mismos, que eran los que criticaban los desayunos familiares patrocinados de “Los Serrano” y “Médico de Familia” no pueden ahora quejarse de una serie policiaca en el mundo de los invernaderos con el conflicto racial de fondo… porque entre una cosa y otra hay un abismo. Y no reconocerlo es de tontos.
Esta claro que basta con cerrar Twitter, pero el timeline del pajarito no deja de ser un reflejo de una parte de nuestra sociedad… y eso es un problema, porque es un público que no está dispuesto a aceptar la ficción nacional, jamás. Y eso significa menos audiencia, menos crecimiento y un techo más bajo para nuestra series. Un problema que cansa, la verdad.
Hasta que nos leamos.
manuel
Posted at 10:25h, 23 septiembreIndependientemente de la crítica técnica es una lástima que caigas en los juicios de valor insultantes, se puede decir lo mismo con menos bilis y más clase, pero para eso se necesita menos arrogancia y más estilo.
Javi Jáuregui
Posted at 10:32h, 23 septiembrePues no te digo que no, pero al fuego se le combate con fuego. Y esta gente de la que hablo usan el insulto como primer y único argumento así que, por una vez, utilizo su mismo lenguaje.
Si eres lector habitual del blog, sabrás que hay muy poca o ninguna falta de respeto en mis post; aun así, no se puede gustar a todos y si te ha ofendido algún comentario, te pido perdón por ello.
Germán Aparicio
Posted at 13:09h, 06 octubreGran post, amigo.