De pavos reales, franquicias, remakes y otras cuestiones

19 Abr De pavos reales, franquicias, remakes y otras cuestiones

La siguiente entrada habla de la seducción y la importancia de ésta en la industria audiovisual. Para ilustrarla mejor he incluido algunos ejemplos del vil arte del ligoteo, apoyados todos en mis vivencias como espécimen masculino dotado de una grave torpeza para relacionarse con el género femenino. Por favor, sean clementes y traten de contener la risa.

El gran (por alto) Eduardo Prádanos me descubrió el razonamiento que hoy comparto con vosotros, vaya por delante mi agradecimiento. Fue hace cosa de un mes, mientras disfrutábamos de las dos únicas cervezas que logramos rescatar (hay que ver cómo priva la gente si es gratis…) durante el cóctel que siguió al III Congreso de #ActitudSocial. En un momento de la conversación, Eduardo dijo algo así como: “La batalla de hoy día no es por los anunciantes ni por la audiencia, es por la atención de la gente”. Cuanta razón, oiga.

Si nos paramos a pensar en la cantidad de ofertas de entretenimiento que nos llegan cada día, la cifra puede hasta marear:

Decenas de cadenas de TV con decenas de programas cada una.

Series y películas para pasar una vida entera  sentado en un sillón sin hacer otra cosa que consumirlas.

Cientos de miles de páginas web y blogs con contenido específico para satisfacer la más extraña de las aficiones.

Universos propios como Youtube o Twitter capaces de hacer que el internauta se pierda por una vórtice digital para no volver nunca (esto es en serio, cuantas veces has entrado en el portal de vídeos buscando unas polémicas declaraciones de tal político y has acabado viendo vídeos de teletiendas japonesas…).

El fondo musical y literario de toda la humanidad al alcance de un solo clic.

Miles de marcas comerciales ofreciéndonos contenidos brillantes relacionados de una u otra forma con su producto (con la sana intención de vender, claro está, pero entreteniéndonos por el camino).

Cientos de personas tratando de que veas su última webserie, leas su ingeniosa crítica de la nueva peli de Almodóvar o Haneke, admires las fotos de lo que se está comiendo, etc.

Y para colmo, si todo esto fuera poco, la tecnología nos permite hacer casi cualquiera de estas cosas por nosotros mismos y emplear todo nuestro tiempo en lograr terminarlo y en promocionarlo al mundo exterior.

Con este panorama tan saturado no es raro llegar a la conclusión anterior. Efectivamente, la gran pelea está en conseguir sacar la cabeza de entre toda la competencia y gritar a pleno pulmón: “¡Hola, estoy aquí… mira lo que tengo para ti!”. Como cuando un chico intenta ligar en una discoteca abarrotada de gente, lo realmente difícil es lograr que la chica (el consumidor, en nuestro caso) se fije en él y no en cualquier otro, quizá más guapo, más listo o más atrevido.

** Una aclaración, se aconseja no tratar de ligar en una discoteca diciéndole a una chica: “¡Hola, estoy aquí… mira lo que tengo para ti!”, porque lo más fácil es que te lleves una buena hostia.

Para llamar la atención hay que diferenciarse del resto de algún modo.

Para llamar la atención hay que diferenciarse del resto de algún modo.

La Naturaleza, en su infinita sabiduría, ha otorgado a los animales el don del cortejo como forma clara de llamar la atención del sexo contrario y poder ser el macho elegido para la procreación; hablamos de ese pavo real extendiendo su vistosa cola o del ave del paraíso con su gracioso bailoteo… Muchas veces se trata más de las formas que del contenido, y la industria audiovisual lo ha copiado a la perfección.

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Una vez tenemos esto claro, comenzamos a entender la tendencia dominante en la industria del ocio de masas durante los últimos 15 años. Con la llegada del nuevo milenio vimos como las carteleras de cine, las parrillas televisivas y las estanterías de las librerías se llenaban de adaptaciones, remakes, trilogías alargadas en exceso, precuelas, secuelas, biopics y toda clase de material que se basa de alguna manera en una obra anterior.

Porque sigue sucediendo lo mismo que cuando el chaval consigue ligar en la discoteca. Para el común de los mortales no es algo que suceda cada sábado por la noche (tener un éxito habitual en eso, como en la TV y en el cine, está reservado a pocos) y cuando uno lo logra intenta aprovechar al máximo su éxito provocando una segunda, tercera o cuarta cita… hasta que o bien la chica se aburre o bien se enamora de ti. Exactamente las mismas dos cosas que ocurren en la industria del ocio: que el consumidor se harta de tu producto o se hace fan de él.

De ahí se entiende que decidiesen convertir una obra redonda y perfectamente acabada como “Matrix” en una deslucida trilogía; que Hollywood se volcase con enfermiza devoción a adaptar cualquier comic de éxito, por freak y minoritario que fuese su público original; que opten por estirar el chicle y convertir la última entrega de sagas, ya de por si largas, como “Crepúsculo” o “Harry Potter” en dos películas distintas; o que se haya multiplicado el interés por adaptar al mercado internacional series y películas locales (Desde “Abre los ojos”, “Rec” o “Funny games” a “Forbrydelsen” y “Hatufim”). Porque está claro que en la carrera por captar el interés de la audiencia cualquier mínima ventaja es clave, y contar de partida con una base de fans incondicionales o una buena reputación es una prerrogativa importante. No es lo mismo vender de la nada a hacerlo sabiendo que arrancas con un público cautivo numeroso o que cuentas con el slogan de “el thriller que ha arrasado en media Europa”.

Hacer una película y que sea un éxito es disparar a una diana con una sola bala en la recámara, y que tu producto sea conocido de antemano hace que esa diana sea mucho más grande. Como productor, da menos vértigo gastarse cientos de millones de euros en una película si ésta se llama “X Men” y tiene a sus espaldas a millares de fans de los comics en todo el mundo. Una vez has acertado está claro el camino a seguir ¿Para qué apostar por una idea nueva sin garantías cuando puedes seguir sacándole jugo a la que ya ha conseguido llamar la atención de la gente?. Ahí es cuando llegan “X Men 2” y “X Men: the last stand” y se demuestra que es más fácil tener éxito con una franquicia conocida aunque la calidad, como en el caso de la última película, baje notablemente. Y si sucede esto, tampoco pasa nada… se vuelve a empezar de nuevo y todo arreglado, como el caso de “X Men: first class”. Porque lo importante una vez se ha atrapado al espectador es no soltarlo bajo ningún concepto.

Ciudado con esta última máxima, porque llevada al terreno de las relaciones amorosas suele acabar en denuncias por secuestro y acoso, os lo aseguro…

La franquicia sigue viva y con pelliculas por estrenar.

La franquicia sigue viva y con pelliculas por estrenar.

Cuantas veces no hemos despotricado todos sobre la falta de ideas y el conservadurismo de la industria audiovisual. Cuantos no hemos puesto el grito en el cielo al comprobar que Hollywood se decidía por hacer un remake de “Evil dead”, que sin duda adolecerá de toda la magia de la versión original, o que Mediaset apostaba por la versión española de “Entre fantasmas” después de haber comprobado, en primera persona o no, las hostias que se pegaron las adaptaciones de “Cheers”, “Las chicas de oro”. “Life on mars” o “Matrimonio con hijos”. Y la respuesta a este tipo de “locuras” no es que los productores y directivos son lerdos, no. Lo que son es prudentes, quizá en exceso, con los millones de euros que se juegan. Ellos apuestan por llamar nuestra atención y lo cierto es que muchas veces lo consiguen, porque somos bastantes los que vemos estos productos por fidelidad al original o por simple curiosidad. El problema viene a la hora de valorarlos y hablar de ellos (en el caso de las pelis) o de seguir consumiendo (en el de las series)… pero la batalla por la atención la ganan. Por eso a veces elijen un producto que saben que no es tan brillante pero que parte con algo ventaja, por su notoriedad.

Sucede lo mismo que cuando un amigo nos habla de su compañera de oficina la soltera, que no es gran cosa pero que le ha comentado las ganas que tiene de conocer gente nueva… sabemos que probablemente no es la mujer de nuestras vidas, pero le damos una oportunidad y quedamos con ella porque es más fácil partir de ahí, que peleando desde cero en un bareto y medio trompa.

A día de hoy se nos llena la boca hablando de narraciones transmedia como una forma superior de contar historias. Pero si lo analizas desde el punto de vista comercial, una de las gracias del transmedia es precisamente conseguir prolongar en el tiempo la historia. Una vez que tienes la atención de tu público la tratas de mantener introduciéndolo en tu universo, por eso se amplia el campo de juego del usuario, para que pase más tiempo con nuestro producto (o sea, que tenga más citas con nosotros). Por eso también se le invita a ser parte activa de la trama: porque si se trata de conseguir la atención de la audiencia, cuanto más involucrada esté, más interesada… y uno se involucra más participando de algo que siendo un mero espectador.

Y ahora que lo pienso en el ligoteo también hay mucho de transmedia, ya que se mantiene la narración usando distintos canales: una cita cara a cara, un tonteo por whatsapp, conocerse en un chat, compartir alguna foto en su muro de facebook, grabarle una recopilación de canciones (¿Alguien sigue haciendo eso?), etc. son formas de mantener viva la historia saltando de un medio a otro; y además el discurso se adapta a la naturaleza de cada soporte y la coparticipación es absoluta… ¡Mola!

En definitiva, que conseguir llamar atención del espectador para que consuma tu producto audiovisual es de lo más importante y complicado hoy día; hasta tal punto que condiciona muchas de las decisiones y elecciones tanto creativas como de marketing que se toman en esta industria. Ser más conscientes de ello nos ayudará a llevar a buen término nuestros proyectos.

Y si eso no funciona, emborrachadla y decidle cosas bonitas sobre sus ojos…

Hasta que nos leamos.

Javi Jáuregui
javijauregui@gmail.com
No Comments
  • Marta Domènech
    Posted at 09:24h, 22 abril

    Lo de que no es un ligón no lo tengo tan claro… a mi me enamoró no sé con que táctica, se podría decir que fue capaz de captar mi atención y me ha cautivado como consumidora … ^_*

    • javijaureguitv
      Posted at 09:30h, 22 abril

      Halaaaa!! Mi fama de inseguro a la porra… pues sepa usted que le quedan muchas segundas y terceras partes que aguantar, que esta franquicia nuestra tiene bastantes décadas de vida por delante 😉

  • Joaquín
    Posted at 16:24h, 22 abril

    Algunas féminas te tacharán me machista, a mi me pareces sincero.

    • javijaureguitv
      Posted at 16:33h, 22 abril

      Realmente casi todo lo que atañe a la seducción humana en el post tiene mucho de literatura. Es la vasélina del encabezado del blog, un intento de arrancar alguna sonrisa…
      Gracias por el comentario!
      Nos leemos.